Ah, por cierto, aviso que este será el último capítulo hasta, por lo menos, el puente de diciembre. Acabamos de entrar en la fatal temporada de exámenes, y me temo que tengo que estudiar muchísimo más de lo que mi tiempo libre me lo permite :(.
Pero bueno, dejémonos de noticias tristes; ¡aquí tenéis el capítulo 13!
Weren't you the one, who tried to hurt me with goodbye?
Did you think I'd crumble?
Did you think I'd crumble?
Did you think I'd lay down and die?
Oh, no, not I, I will survive
I will survive, Gloria Gaynor
CLOVE
Paso la noche sentada al pie de un árbol, sin poder hacer otra cosa
que pensar en todo aquello que Coy me ha dicho. Me encantaría poder decir que
al salir de aquí lo encontraré suplicando perdón, pidiéndome que olvide las
palabras que pronunció en un ataque de ira y desesperación provocado por un
estúpido objeto, sin haber reflexionado antes; pero sé que no será así. Sé que
la espada solo ha sido el botón que ha hecho estallar una bomba que existía
desde tiempo atrás, sé que era perfectamente consciente de lo que ha dicho y de
querer decirlo. Peor aún, sé que era realmente lo que sentía, porque el dolor
latente en su voz lo revelaba.
Quizás se equivocaba en algunas cosas: ¡por supuesto que he sentido, y
que he sufrido! Mi infancia fue de todo menos agradable y bonita, tengo amigos
y lloré en el funeral de Dock porque sabía que verdaderamente le echaría de
menos todos y cada uno de los días de mi vida. Que él no conociera esas facetas
de mi vida no significa que no existieran. ¿Y por qué narices iba yo a no
cogerle un arma a propósito?
Sin embargo, todo eso no quita para que la mayor parte de lo que ha
dicho sea cierto. Que soy una negada para los sentimientos, y que me preocupo
únicamente por lo que me interesa se lo puedo atribuir a mi educación; pero mi
crueldad, mi capacidad para matar sin preocupación alguna, mi frialdad y mi
egoísmo frente a los demás, me lo he cocinado y comido yo solita, sin ayuda de
nadie. Sí, ha sido inconsciente, pero echando la vista atrás, no hay que ser un
genio para darse cuenta de que estaba utilizando a Coy para despertar los celos
de Cato tras el rechazo que ha demostrado hacia mí, y estoy segura de que no ha
sido la primera vez que he intentado algo del estilo sin quererlo. Soy una
persona ruin y deplorable, que demuestra que las emociones ajenas le parecen
tan importantes como el paisaje. Aunque…
¿Acaso no es eso lo que llevo buscando desde los ocho años? ¿El ser independiente
de los demás y actuar como una auténtica profesional? A ver, no quiero decir
que no me sienta mal por lo que le he hecho a Coy; mi capacidad emocional llega
a ese punto pero… Quizás, lo que él me ha dicho no debería afectarme tan
negativamente.
Soy mala. Sí, lo admito, pero decidí tomar ese camino hace años y
ahora no es el momento de arrepentirse de ello. No, no quiero seguir hiriendo y
pasando a mi lado a las buenas personas como mi exnovio, pero eso no significa
que vaya a dejar de ser como soy. A quien crea que no puede soportar estar
cerca de Clover Ringer, que no se acerque. Yo no les haré daño, ni ellos me lo
harán a mí. Lo que ha sucedido hoy no se volverá a repetir.
Sigo inmersa en mis pensamientos, valorando toda la conversación,
cuando de repente, oigo unos pasos que se acercan hacia donde tengo establecido
mi “campamento”. Rápidamente, recojo todo, lo meto a la mochila y me escondo
entre unos arbustos. Justo en el momento en el que agacho la cabeza, unas
ruidosas voces y estridentes risas… “femeninas”, hacen su aparición en el
claro. Cuando reconozco a la primera de tres interlocutores, el vello se me
pone de punta y hasta la última fibra de mi ser es recorrida por una oleada de
puro odio: Alline.
-Así que la chica de
vuestro centro que no he matado está aquí por favoritismo, ¿eh? – pregunta
divertida a uno de los dos chimpancés del 1, los que parecen sus aliados –
Bueno, del mío el único que parece tener alguna posibilidad es Cato, el que
viene con nosotros. Los otros dos deben de estar ya muertos, o a punto: el
chico es demasiado joven todavía para tener suficiente experiencia…
-¿Y ella? – cuestiona
de repente uno de los gorilas – La he visto en la lucha esta mañana, y no ha
fallado nada de lo que ha lanzado…
-¡Dios mío, ¿otra vez con
la niñita?! – explota visiblemente enfadada Alline - ¡Cómo os tengo que decir
que no es más que una cría sin cabeza! ¿Sabéis qué? Hoy, yo también la he
visto; intentó matarme desde lejos con un cuchillo, pero no pudo. ¡Se cagó! - ríe - Es una cobarde, además de
insignificante como combatiente.
Las sonrisas idiotas de
los dos muchachos y esas palabras hacen que mi sangre enrabietada hierva dentro
de mi cabeza. ¿Insignificante? ¿Cagada? Oh, se va a enterar de lo que es sufrir
de verdad…
Antes de que ninguno de
los presentes se dé cuenta, salgo armada con dos cuchillos en cada mano.
Rápidamente, lanzo sendas armas a los mellizos en sus detectores. No me da
tiempo a observar con detenimiento sus caras pasmadas mirando la lucecita verde
porque, con una velocidad y una fuerza que me sorprenden a mí misma, me lanzo
sobre Alline y ambas caemos rodando.
La superioridad
corporal de ella es indudable por lo que, en un instante, se coloca sobre mí
asfixiándome con su peso; sin embargo, mi habilidad contra la suya es también
impactante, así que, sin que le dé tiempo a actuar, le doy un puñetazo en la
boca, lo que la distrae tiempo suficiente como para quitármela de encima e
intercambiar posiciones. Sentada a horcajadas sobre ella, en una posición que
me enseñaron en el centro para inmovilizar a cualquiera durante un tiempo, por
muy grande que fuese, le doy otro puñetazo y acerco el único cuchillo que no he
perdido al detector de su estómago.
-Insignificante, ¿eh? –
susurra esa cruel parte de mi ser que he admitido hace tan solo unos minutos.
Con las miradas de ambas enfrentadas la una en la otra, clavo el arma y el
detector empieza a pitar.
En ese momento, se
escucha otra voz aparecer.
-¿Alline? ¿Markus?
¿Uro? ¿Qué ha sido todo ese r…?
Rápidamente me aparto
de la furiosa chica con la nariz chorreando sangre y corro hacia los árboles,
aún a tiempo para ver lanzar una bengala, un atisbo de pelo rubio, y el
vocifero de Alline.
-¡La maldita niñata,
eso ha sido! Cuando la cace…
Con una satisfecha
sonrisa pintada en el rostro, me alejo de la zona.
CINCO DÍAS DESPUÉS
Llevo unas dos horas
esperando en las lindes del claro en el que, hace casi una semana, comenzamos
el entrenamiento. Desde la noche de Alline, no he “matado” a nadie más, y
únicamente me he cruzado con un grupo de dos personas que lanzaron la bengala,
buena idea viendo lo deshidratadas que parecían. Ya sólo quedamos cinco
personas, aunque desconozco la identidad de las otras cuatro. Sólo sé que se
nos citó aquí a través de los altavoces para llevar a cabo la que se espera
sea, la “lucha final”.
La verdad, esto es un
aburrimiento. Todavía no he visto aparecer a nadie y si estoy escondida, es
porque hace tanto calor, a pesar de las nubes de tormenta que se acercan, que
permanecer al sol es un infierno. Me pongo a jugar con los cuchillos,
lanzándolos de una mano a otra y desgarrando la tierra para terminar, hasta que
finalmente, me parece atisbar un par de bultos acercarse. Me pongo de pie,
recojo todos mis cuchillos y saco dos del set que tengo guardado en la mochila,
lo único que queda en ella; por suerte, la competición se acaba ya y el consomé
concentrado duró dos días enteros, porque si no, ahora mismo estaría a punto de
hacer lo mismo que mi único contacto humano en los últimos cinco días.
Los bultos han pasado a
convertirse ya en personas, que luchan abiertamente en medio del claro, uno con
un sable y la otra defendiéndose con sus propios puños y esquivando los golpes
con un escudo; los dorsales en sus camisetas me indican que son del 3 y el 5,
respectivamente, probablemente el chico mayor y una de las hermanas de aspecto
caucásico. Me planteo la idea de esperar escondida hasta que uno de los dos
venza al otro para entonces atacar, cuando mis ojos captan algo más moviéndose.
Desvío la vista para encontrarme con el muchacho enclenque del 6, ese que me
dio la impresión de poder resultar peligroso. Está corriendo para alcanzar algo
tirado en el otro extremo del claro… ¿Una mochila? Veo que rebusca en ella,
como intentando encontrar algo: ¿comida? No, lo que busca es un arma. Sacando
un objeto pequeño, se acerca a los dos contendientes lentamente, como queriendo
que no le encuentren… Pues le va a salir el tiro por la culata.
Decido que ya es el
momento de actuar, corro hacia el claro, lanzando desde más de veinte metros un
cuchillo que se clava con exactitud donde yo apuntaba, en el centro de la malla
negra que cubre su espalda; sin embargo, el pitido y la luz verde alertan a los
otros dos “tributos”, que dejan momentáneamente de pelear para fijar su mirada,
primero en el chico del 6 y luego en mí. Aprovechando el instante de despiste,
el único hombre presente además de los espectadores, atraviesa la cinta
protectora en el cuello de la muchacha del 5 que, con una expresión que pasa de
la sorpresa a la furia, hace un amago de puñetazo, tira su escudo al suelo y se
va a la linde pintada con una línea blanca, donde, al ser un espacio despejado,
alumnos, monitores y entrenadores se acumulan para ver.
Bien, a partir de aquí
empieza el espectáculo. Ambos, sabiendo que solo quedamos nosotros dos, nos
miramos desafiantes, él con su sable colocado de forma paralela al suelo en
posición defensiva, yo con un cuchillo listo en cada mano. Se quita el sudor de
su ya crecida barba, y me dirige una sonrisa burlona.
-¡Creía que los del
Centro 2 intimidabais más! – comenta, despertando las risas del público.
-Las apariencias
engañan – respondo yo, y estoy a punto de lanzar el arma que tengo en mi mano
derecha, cuando una fuerza descomunal, procedente de no se sabe dónde, se
abalanza sobre mí y me empuja contra el suelo, dejándome sin respiración.
¡Claro! Con la emoción final, no me había dado cuenta de que aún quedaba un
último “tributo” por aparecer. Forcejeo, intentando librarme de él, y amenazo a
ciegas con el objeto afilado que me queda en la izquierda, ya que el otro lo
perdí en la caída, pero es inútil; me inmoviliza como yo inmovilicé a Alline…
Con un movimiento inventado por Dock, que solo alguien más en este sitio podría
conocer.
Giro la cabeza y me
encuentro con un Cato de mirada sádica, y enorme sonrisa. Me espero un
comentario del estilo de “Lo siento Knivey” o “Adiós pequeña”. Sin embargo, él
murmura otras palabras completamente diferentes mientras el detector de mi
pecho empieza a pitar:
-Lo he conseguido - oigo en un tono sorprendido y alegrado.
FIN DEL CAPÍTULO 13
¡Un beso, y espero que os haya gustado!
Guustar es quedarse coorto, ME HAA ENCANTADO jajaja a Aline debería habérsela cargado al principio, no me cae bien... Y ese final, ese final... ¿cómo nos vas a dejar así hasta diciembre? Aunque por otra parte te entiendo... yo estoy que tengo que inventarme minutos para que me de el tiempo del día jajajaja
ResponderEliminarEspero que te salgan muuy bien los exámenes ¡mucha suerte!
Y muuchos besoos :)
Jajaja, bueno, ¡me alegro que te guste!
EliminarLo siento de veras, pero entre unas asignaturas y otras, voy agobiadísima, y cuando tengo un minuto libre, lo último que me apetece es escribir, la verdad :)
¡Un beso!
Genial capítulo Dillaardi, ¿pero en serio lo tenias que cortar justo aquí? ¿Era necesario? Por que yo creo que es muy injusto lo que has hecho...
ResponderEliminarDramas a parte, ha sido un capitulo maravilloso. Alline es una p*** merecia que Clove la hubiera "matado"
Diciembre está muy lejos, pero entiendo que no tengas tiempo, me pasa lo mismo. Así que hasta que puedas librarte de los examenes...QUE LA SUERTE ESTE SIEMPRE,SIEMPRE DE TU PARTE
Un beso
¡Y felices Juegos del Estudio! Jajajaja, había que mantener la emoción hasta el siguiente capítulo :D
Eliminar¡Un besazo, y gracias por saber esperar!
Vale, aquí estoy a las once y cuarto de la noche escribiendo un cutre comentario en el móvil que- auguro- tendrá más erratas que un PDF de un foro panchito. La cosa es, que leí tu blog un año atrás, pero dejaste de subir capítulos y cuando volviste, las circunstancias me han hecho no tener tiempo para leer. Pero hoy, pasando de los catorce puntos de biología que pensaba empezar a estudiar, me he releído y leído tu historia de cabo a rabo. ¿Qué decir de ella? Esto no es un fan-fic, esto es una continuación en toda regla. Dios, siempre quise saber sobre Cato y Clove porque son de mis personajes favoritos, esos sexys villanos que siempre supuse, tendrían una caótica y tortuosa relación. Estás desnvolviendo este fan-fic con tanta maestría que te pediría que se lo enviaras a Suzanne; con todos esos datos que incluyes y esas subtramas que tanta verosimilitud le dan. Además, eres una diosa escribiendo, me tienes enamorada de la sádica Clove y el desorientado Cato. No me cansaré de recomendar a todos los fans de Clato tu historia, porque es increíble. Así que aquí me tendrás en el capitulo 14, repitiéndote nuevamente por qué amo la historia de amor de estos dos némesis. Un besazo, Dillaardi.
ResponderEliminarY aquí estoy yo, un mes después sin creerme todavía que haya seguidores como tú en el blog.
EliminarMuchísimas gracias por los ánimos Julia, te lo digo de verdad; son los comentarios como este los que te llenan de emoción, te impulsan a seguir escribiendo hasta que la última idea que se haya pasado por tu exprimida cabeza. Muchísimas gracias por seguir cuando yo fallo, y estar a las once y cuarto de la noche, escribiendo un comentario desde el móvil (que no existe mayor coñazo en blogger) y leyendo la historia.
¡Un besazo!
Hola!! Que sepas que tu historia es genial, aunque este capítulo al final me ha dejado con ganas de más! no puedo esperar más por el Capítulo 14ªªªªª
ResponderEliminarUn besazo!!!!!!
¡Muchas gracias! Pienso subirlo hoy, un beso :D
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