sábado, 22 de febrero de 2014

Capítulo 16: Capable of murder

CIN-CUEN-TA-Y-U-NO. De verdad tributos, que no sé cómo agradeceros el que seáis cada vez más los que os pasáis por este pequeño y terriblemente irregular blog para leer la historia que se me pasó por la cabeza hace ya casi dos años :D.
Como lo prometido es deuda, en breves cambiaré el diseño del blog, que ya se nos está quedando un poco viejo; por ahora, espero que podáis conformaros con este capítulo que os debo desde hace ya no se sabe cuánto :D.




Watch out, you don't push me any further, [...]
You're not the only one
Walking 'round with a loaded gun.
This little girl is capable of murder
                      Murder, Cady Groves

CLOVE
Ando con el paso seguro que me han enseñado a emplear desde el día en que puse por primera vez un pie sobre el suelo de Panem, el que tendría que mantener aún con la lanza de un tributo enemigo clavada en el estómago, con una enfermedad terminal devorándome las entrañas; el paso del Distrito 2, de los profesionales, de aquellos que no temen a nada, ni tan siquiera a la mismísima muerte.
La amarga sonrisa sigue esbozada en mi cara mientras me alejo, firme, estática sin un atisbo de sentimiento en mi rostro congelado, del árbol en que esta misma mañana he practicado con un cuchillo. ¿Esta misma mañana? Han pasado tantas cosas desde que me levanté hasta ahora, a poco de la caída del Sol, que resulta imposible pensar que todo ello haya cabido en un mismo día. Hace unas horas quizás no entendiese muchas cosas, pero estaba completamente segura de la actitud que tenía que tomar, no tenía que fingir el paso seguro de los profesionales; ahora, mi semblante paralizado refleja todo lo contrario a un interior que ha adquirido su torbellino propio y particular de emociones revolucionadas.
Porque, sinceramente, no tengo ni idea de qué pensar. Por una parte, me siento aliviada: aliviada de conocer la razón de la actitud distante de Cato, aliviada de saber todo lo que ha pasado, y aliviada porque nuestra relación vuelva a lo más parecido que podemos encontrar a la normalidad; sin embargo, y aun sabiendo que es  lo correcto, el pensar que nunca, jamás, vamos a tener la capacidad emocional necesaria como para… Dios mío, sí, amarnos, sin que ello nos desborde… Bueno, que te estampen en la cara que estás simple y llanamente obligado a no enamorarte para el resto de tu mísera existencia, no es una idea agradable.
“Pero…” me recrimina una vocecilla malvada “¿No era eso lo que querías? ¿No era eso lo que buscabas? ¿Ser una profesional? ¿Qué clase de profesional mira antes por los demás que por sí mismo?”
“Bueno sí…” contesta una segunda “Pero ser una adolescente normal tampoco estaría de más, ¿sabes?”
“Claro” responde la primera con sorna “El caso es que vivimos en un país en que parte de ser una adolescente normal consiste en poder ser enviada cada año a un lugar salvaje donde otros ‘adolescentes normales’ acaben contigo. No vivir en Panem tampoco estaría de más.”
“Bethany vive tan en Panem como tú y nunca en su vida ha tenido que herir a nadie, ni mucho menos a sí misma.”
“¿Entonces quieres volver a ser como Bethany, no? ¿Quieres convertirte de nuevo en la niña llorona del pelo como el ala de un cuervo a la que trataban como tal, la que solo era una carga, la que nadie quería, la que era demasiado débil para defenderse sola, la que…
“¡NO!” Esta vez la que interrumpe soy yo, con la voz autoritaria teñida de desesperación
La primera voz, mordaz, suelta una risita despectiva
“Ya has oído, cielo. O lo uno, o lo otro, no se puede quedar a medias.”
La segunda adopta entonces un tono dulzón e insoportablemente empalagoso.
“Pero… Piensa en Cato… Estaba tan guapo hoy…”
Bueno, vale, hasta aquí hemos llegado. Sacudo la cabeza, y aprieto el paso, preguntándome si la falta de sueño en las últimas semanas no me habrá afectado demasiado…
¡Pam! Un empujón en la espalda de fuerza descomunal me tira al suelo, haciendo que las uñas se me llenen de tierra,  y sienta bajo el pantalón la sangre que surge del rozón en la rodilla. Noto el tobillo dolorido, probablemente torcido, y una oleada de ira me recorre de pies a cabeza, haciendo que me olvide de las molestas vocecillas. ¡Con un tobillo así no puedes entrenar con normalidad durante una semana por lo menos! Furiosa, me giro dispuesta a encararme con quien quiera que me haya hecho caer.
-¡Oye, mira por donde… - pero una patada en el estómago me deja sin aire e impide que termine la frase. Me doblo de dolor, tirada en medio del camino, sin haber visto todavía a mi agresor (porque claramente, esto no ha sido un accidente)... Cuando oigo una voz que, por desgracia, conozco bastante bien.
-¡Haz el favor de apartarla de ahí, o nos va a ver todo el mundo! – susurra amenazante con ese vomitivo tono ronco y grave Alline – No quiero otro problema con los agentes de la paz, ¡vamos!
Un alarido se me escapa de entre los labios cuando alguien me coge del abundante cabello negro y me arrastra así más allá de la linde del camino principal, hasta un callejón estrecho y oscuro entre dos edificios que apesta a basura y desechos. Intento reconocer dónde nos encontramos, pero ver a tres palmos de tu cara ya es casi misión imposible, así que desisto, concentrándome entonces en liberarme de Alline y compañía antes de que ellos acaben conmigo a golpes. Pataleo, me sacudo, hago un amago de morder la pierna que tengo más cerca, pero lo único que consigo con ello es un puntapié en las costillas que me hace toser y caer patéticamente al suelo de nuevo. Escupo un poco de saliva sanguinolenta antes de que un brazo grueso como un tronco me coja del cuello y, ahogándome, me ponga a la altura de su cara, con las puntas de los pies a varios centímetros del suelo.
Solo entonces puedo reconocer y contar a los agresores. Aparte de Alline, la que tan amablemente acabará dentro de poco con el oxígeno en mis pulmones, solo hay otras dos personas, ambos chicos,  con caras que demuestran una importante carencia de masa cerebral, pero cuyo músculo, por el contrario, debe doblar mi peso.
-Te advertí que pagarías caro lo que hiciste en el ejercicio – dice la joven arrogante, con aún más alegría en su picada sonrisa de la que le vi en la lucha de sangre de la Arena -¿Qué se siente cuando es a ti a la que atacan, enana?
Esta vez, no muestro ningún síntoma de intentar escapar de la situación en la que estoy; ya bastante débil me han dejado los golpes como para malgastar las pocas energías que aún conservo para estar consciente. Sin embargo, me resisto a demostrarle a Alline lo mal que me encuentro, y mucho menos, a darle la satisfacción de pedirle piedad o perdón.
-¿Sabes, querida? – susurro con voz entrecortada – Deja de esforzarte en buscar a gente más fea que tú para que te sirvan de monos de feria; ni un chimpancé consigue superarte.
Pago la osadía de mis palabras con una bofetada de revés que me parte el labio y se queda a poco de llevárseme algún diente. Aprovecho para escupirle la sangre que se me acumula en la boca a la cara, y con ello viene de regalo la orden de mi tercer golpe en el estómago por cortesía del puño de uno de los varones.
-Ya veremos cuánto te dura la valentía, niñata. ¿O es que no te acuerdas de que aquí no llevas un cuchillito tras el que defenderte? Mira, te voy a contar un secreto – Alline se me acerca a la oreja, y empieza a hablar en susurros, aunque yo ya solo la escucho a medias - ¿Sabes por qué son chicos? Porque entre lo que te vas a llevar hoy hay cosas que como mujer no se pueden hacer... Te aseguro que vas a recordar este día toda tu vida, enana, si es que sobrevives para ello…
Ignoro las pullas y las graves amenazas que, de decir ante mi padre podrían llevar a la muchacha a la cárcel, porque una de sus palabras ha hecho que salte dentro de mí una alarma invisible. Con cuidado, lentamente, deslizo una de mis manos poco a poco.
-¿Tú te atreves a hablarme de valentía, Alline? – “que se fije en tus palabras, no en tus movimientos” pienso mientras las yemas de los dedos empiezan a rozar mi cinturón - ¿Tú, la que es tan fuerte que para enfrentarse a una niñita de metro sesenta necesita atacar por la espalda y contar con otros dos gigantones por si acaso? – doy gracias al muñeco de paja deshinchado y a Idey por obligarnos a salir sin recoger. “En tus palabras, no en tus movimientos” me vuelvo a repetir. - ¿De verdad…
La mano de Alline vuelve a buscar el camino a mi cara, pero yo soy más rápida, y antes de que le dé tiempo a rozarme, un alarido de dolor le obliga a soltarme ante la herida sangrante que mi cuchillo de entrenar le ha dejado en el muslo. Caigo repentinamente y me incorporo entre tambaleos, no sin aprovechar para dar una dolorosa patada en las costillas a mi agresora que la deja tirada en el suelo, incapaz de moverse sin que sienta los huesos rotos clavándose como puñales y semi-inconsciente. Me da tiempo a coger una profunda bocanada de aire antes de que uno de los dos chicos se lance encima de mí, pero tan solo le sirve para conservar en el futuro una preciosa cicatriz cruzándole la espalda y perder un diente a cambio; con la adrenalina de pelear corriendo por las venas y un cuchillo en la mano contra alguien no armado, haría falta que estuviese manca para perder.
Y el segundo chico  parece saberlo, porque se queda clavado en el suelo y no hace ni el más mínimo amago de acercarse a mí. De todas maneras, levanto el cuchillo firmemente y, con una voz medio afónica y entre toses que, en realidad, resulta bastante poco amenazante, grito:
-¿Quién de los dos iba a ser, eh? ¿QUIÉN? – ninguno contesta, pero el terror en sus caras es notable pese a la poca luz. – Cobardes – escupo con desprecio – Muy bien, si no queréis acabar peor que ella, más os vale dejar que me vaya a mi casa tranquilamente, o volveremos a cruzar algo más que palabras. ¿Está claro?
Cojeando, me alejo del callejón con una mano en el estómago dolorido y expulsando cada cinco pasos el espeso líquido de sabor metálico que se me cuela en la boca, cayendo en un hilillo del labio partido y un pequeño corte en la mejilla. Toso continuamente, y me masajeo el cuello para comprobar que las secuelas de hoy no irán más allá de unos moretones.
Sin embargo, y a pesar de mi esfuerzo, el camino de vuelta a casa se me hace más largo que nunca. A menos de un kilómetro de mi casa, me derrumbo y caigo a la tierra, lo que me permite recordar de la forma menos agradable posible el rozón en la rodilla que me hice al empezar esta tarde de locos. No encuentro fuerzas para levantarme, y el duro terreno se me hace cada vez más cómodo.
“Dios mío, no he estado más cansada en mi vida. Este es un buen lugar para echar una siesta. Sí, la verdad que lo es…”
Hago un amago de bostezo que acaba convertido en un gemido de dolor por la cantidad de músculos que el simple hecho de bostezar implica mover. Los párpados se me empiezan a caer, lentamente…
Como en sueños, escucho pocos minutos después un gritito de horror que me resulta familiar.
-¡Clove! ¡Oh, no puede ser! ¡Thorne, ayúdame!
Experimento una sensación de déja-vu cuando alguien (supongo que el tal Thorne), me levanta en brazos. Entreabro los ojos y me encuentro con la cara de mi hermana a dos centímetros de la mía.
-¡Dios Clove, ¿pero qué te ha pasado?! Estás llena de sangre, y tienes unas marcas horribles en el cuello… Oh, no, tu labio Clove, está partido…. ¿Qué se supone que has hecho? ¿Te encuentras bien? ¿Puedes hablar? Clove, por favor…
Intento explicárselo todo y tranquilizarla, aunque solo sea para que Bethany se calle y su voz deje de martillearme en una cabeza que ya ha recibido suficientes emociones fuertes en un día como para un año entero; sin embargo, me cuesta muchísimo pronunciar una mínima sílaba, así que me contento con intentar que entienda una frase susurrada con voz pastosa.
-No le… digas… a R-Raw que… me has en… contrado t-ti… rada, ¿vale?
Por suerte, parece que eso es suficiente para Bethany
-Eres incorregible, Clover Ringer – responde con una sonrisa.
Yo intento sonreír también y acto seguido, todo se desvanece.

FIN DEL CAPÍTULO 16

¡Espero que os haya gustado! Intentaré actualizar más rápido la próxima vez :).

13 comentarios:

  1. Oh por dios!!! Me encanta!! Más te vale subir el próximo pronto!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Me alegro! Hoy mismo actualizo, siento el retraso ;(
      ¡Un beso!

      Eliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. jajaja vale este es el comentario bueno dan igual los años q pasen aqui tienes a tu fan q mira todos los dias tu "irregular y terriblemente indecente blog" (segun tu) no vuelvas a decir eso del mejor blog de la historia de los blogs, gracias por relatarnos la fantastica idea que se te icurrio, gracias pir compartirla con nosotros, gracias por esto, por muchos años q pasen seguire siguiendo tu blog.
    Sube el proximo pronto qye este a estado genial y nos hemos quedado con ganas d mas capitulos.¡¡un besoteee!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchísimas gracias, Malenitaa!
      No sabes lo que me alegra ver que hay gente que está aquí desde el principio y aún así sigue leyendo :)
      ¡Un beso!

      Eliminar
  4. Bueno, todo este capitulo es fantastico, pero me deja mordiendome las uñas porque ya quiero otro ! Y rapidito porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaa !!!
    Un Besooooooo <3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jejeje siento el retraso, pero en breves estará a vuestra disposición :D
      ¡Un beso!

      Eliminar
  5. por favor!!!!!!!!!!! otro mas que lo necesito!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  6. De verdad, que no puedo esperar mas; siento ser tan pesada pero es que me encantó la historia. Por favor sigue

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te preocupes, alguien que lee no es pesado JAMÁS :)
      ¡Un beso!

      Eliminar
  7. muy bien entonces espero no ser pesada es que primero termine de leer en llamas la pelicula antes de que tu subieras el capitulo este muy al no es broma te adoro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja no te preocupes, cuantos más comentarios mejor :D
      ¡Un beso!

      Eliminar