¡ONCE!
¡Dios mío, once seguidores en un mes! No sabéis lo feliz que me hace que haya ya tantos
El caso: ¡que estoy muy contenta! Así que voy a ver si me inspiro, termino el capítulo ocho (que estoy escribiendo ahora mismo)
My secret side I keep hid
under lock and key
I keep it caged but I can't
control it
'Cause if I let him out
he'll tear me up, break me down
Why won't somebody come and
save me from this, make it end?
Monster,
Skillet
CATO
Sonrío. No, vale, ya me pongo serio. Uno, dos… La maldita sonrisa
vuelve a aparecer. ¡Que ya está bien!
Tras diez minutos peleándome conmigo mismo de camino a mi casa, al final
dejo que mis labios se curven hacia arriba sin hacer nada para evitarlo. ¿Por
qué tengo que sonreír? Bueno, quizás eso no sea lo que me tengo que preguntar.
Quizás sería mejor ¿qué ha pasado?
Volvamos a unos momentos atrás: acabábamos de terminar el combate,
ganando, y Clove y yo nos habíamos quedado solos. Estaba muy contento tras la
victoria, sobretodo porque lo que había pasado demostraría a mi compañera que
todo lo que había dicho en la sala de entrenamiento era verdad. Tenía que
picarla un poco, así que le dije no recuerdo qué… Y de repente estaba clavado a
la pared por dos cuchillos.
“Podría matarte ahora mismo si quisiera, ¿sabes?”
En ese momento, fue cuando mis sentimientos dejaron de ser tan claros.
En mi cabeza, la frustración por haberme dejado vencer otra vez por una enana y
la atracción que sentía hacia ella por ser capaz de hacerlo se debatían
continuamente, peleándose por dominar mis próximas acciones. Y aunque pareció
que al principio ganó la frustración (y con ello, mis ganas de acabar con Clove),
al salir ella por la puerta… Simplemente me acerqué y en un impulso repentino,
la besé. Y por lo que parece, todavía no me arrepiento de ello…
Cuando quiero darme cuenta, he llegado a la bifurcación que separa mi,
podríamos llamarlo “barrio”, del camino a la Aldea de los Vencedores (tiene
gracia que una de las peores y la mejor zona del Distrito 2 estén tan cerca,
como si a nosotros quisieran restregarnos nuestra inutilidad y nuestra
pobreza). Apoyada en uno de los raquíticos árboles que hay entre medias, está
Hayden, esperándome donde llevamos separándonos años en nuestro camino a casa
desde el centro de entrenamiento.
La verdad, es que mi relación con Hayden no podría definirse como otra
cosa que extraña. Nos conocemos casi desde que me acuerdo, cuando, al volver
del colegio, coincidíamos siendo los únicos que en vez de dirigirse hacia la
zona central del Distrito, tomaban la ruta a las afueras. Y sin embargo, no
hablé con ella hasta los seis años
HACE 8 AÑOS
Vuelvo del colegio, como cada día, para llegar a mi casa. La verdad es
que hoy no ha sido un gran día, y me han castigado por pegarme con (bueno, más
bien por pegar a) un niño que no me quería dejar su pelota.
“Estúpido niñato”. Por suerte, una vez en casa podré aprender a
escondidas lo que el dueño del bar le enseña a su hijo para que gane los Juegos
-¡Eh! ¡Eh! – chilla una vocecita aguda a mi espalda que intento
evitar. Empiezo a caminar más rápido, porque si me entretengo me perderé la
mitad - ¡Tú, niño alto!
Suspiro (no hay ser humano que calle a esa cría) y me doy la vuelta
-¿Qué quieres niña gritona?
Una de las chicas de mi curso, una con largas trenzas (de las que se
salen algunos rizos) recogidas con lazos morados, y una falda del mismo color
viene corriendo hacia mí. Cuando me alcanza, para y entre jadeos, consigue
decir:
-No me llamo niña gritona, me llamo Hayden. Y tú… - se obliga a callar
un segundo para tomar aire – eres un maleducado. ¡Llevo todo el camino
persiguiéndote y no me has hecho ni caso!
-¡Porque eres una petarda! – le respondo sacando la lengua - ¡Déjame
tranquilo!
Ella me ignora, como tantas otras veces hará en el futuro
-¿Tú también eres el hijo de unos vencedores? Nadie más hace el camino
por aquí – Dios mío, ahora que ha recuperado el aliento habla rapidísimo, hay
que estar muy concentrado para no perderse - Qué bien, en la Aldea no hay
muchos niños y me abu…
-No – le paro al fin con tono cortante, temiendo que lo que me quiera
decir nunca se acabe – Yo no soy el hijo de ningún vencedor. Mi madre murió y
mi padre es un fracasado. Vivo por allí – señalo a la izquierda
-Oh. Lo siento – responde ella un poco intimidada
-Pero de mayor – continúo – Seré tu vecino
Ella me mira extrañada
-¿Por qué?
-Porque – sonrío con orgullo – cuando crezca, ganaré los Juegos del Hambre,
seré rico y todo el mundo me respetará.
La niña intenta ahogar una carcajada
-¿Por qué te ríes? – pregunto ofendido - ¡Es verdad, ganaré los Juegos
del Hambre! ¡No te rías!
Ella intenta parar.
-Perdón. No me reía de ti, es que mi papá dice que eso es la que haré
yo, y que él me entrenará. Pero yo no quiero
-¿No quieres?
-No – sacude la cabeza enérgicamente
-Pero, ¿por qué? ¿Crees que no eres buena? - la había visto jugando a pelearse en el
patio algunas veces, y la verdad, es que para ser una chica era bastante fuerte.
-No es eso, es que no quiero entrenar sin ninguna de mis amigas.
¿Sabes? No me gusta estar sola, me da un poco de miedo. Y además, he visto a
mis papás, y por lo que me han dicho, desde que ganaron los juegos casi no
tienen amigos. Yo no quiero acabar como ellos…
Así que esa niña no quería entrenar sin nadie e ir sola. A lo mejor no
había sido tan malo perderse las clases del hombre del bar hoy, quizás le
pudiese ofrecer un trato a la chica…
-Mira esto… Heidi
-Hayden
-Eso. ¿Tú tienes mucho dinero, no? – asiente - Te propongo una cosa:
cerca de la escuela, hay un centro de entrenamiento para ser un tributo
profesional y así, ganar los Juegos. A mi me encantaría ir, pero es muy caro y
no me lo puedo permitir. Pero tú si me lo podrías pagar.
-¿Quieres que te pague el entrenamiento profesional?
-Sí, pero a cambio, - me apresuro a decir antes de que deje de
escucharme - yo iré contigo en todo el camino del colegio hasta aquí, donde nos
tenemos que separar, y también convenceré a tu padre para que vayas al centro
de entrenamiento conmigo. Así no estarías sola. ¿Qué te parece?
Ella se lo piensa un rato.
-¿Me prometes prometidísimo que me acompañarás todos toditos los días
y vendrás a entrenar conmigo? ¿Y que harás lo posible para estar en el mismo
grupo que yo? Tendrás que ser mi amigo, por mucho que te cueste
-Sí, sí, haré tooooooooooodo lo posible y seré tu amigo. – asiento
rápidamente
Hayden sonríe, y me estrecha la mano.
-Muy bien, pues entonces solo falta una cosa.
-¿Qué?
Suelta una carcajada
-Tonto, no me has dicho cómo te llamas. ¿No querrás ser “niño alto”
para siempre”
Entonces yo también río, contento por haber conseguido al fin entrenar
para profesional seriamente.
-Cato. Me llamo Cato, niña gritona
***
Desde ese día, somos “medio amigos”. Mientras que en el colegio (y
desde que conocemos a Marietta y a Liah muchas veces también en el
entrenamiento) apenas hablamos, y si lo hacemos no es más que para irritarnos y
burlarnos el uno del otro, nos entendemos, y nos conocemos como nadie, excepto,
ahora en mi caso, quizás Clove
-¡Ei! ¿Por qué no me has esperado? – exclamo
Ella me ignora, y aunque esto es lo más normal del mundo, intuyo que
algo va mal
-¿Sabes que el chico que mandó Dock a buscaros tiene la nariz rota?
-¿En serio? – me hago el
sorprendido, cuando en realidad no me extraña lo más mínimo. Definitivamente,
algo no encaja…
Hayden asiente
-¿Y sabes también que Marietta está en la camilla de la enfermería sin
despertarse desde que ganasteis el combate?
Su dura mirada clavada en mí me recrimina todo ello. Al ver que no
contesto, pone los ojos en blanco
-Cato, ¿me quieres decir por qué lo hiciste? No tengo ni idea de lo
que pasó con ese chaval, pero vi el combate y para ganar no necesitabas dejar
así a Marietta.
-Bueno, no controlé mi fuerza – miento.
Ella bufa.
-Te conozco demasiado bien Cato, así que no me mientas.
-No te miento
-Ya. ¿Y no sería… Porque te daba miedo que pudieses perder contra…
-¿Qué? ¡No, no fue por eso! – le interrumpo
-Ya, ya… - sonríe provocando
-¡Eso es una estupidez!
-Seguro… ¿Y entonces por qué fue Don miedoso?
-¡Porque quería proteger a Clove! – estallo, y rápidamente me tapo la
boca con las manos. ¡Mierda!
-¡Ajá! – exclama triunfal la chica - ¡Lo sabía! ¡Sabía que había algo
entre vosotros!
Mientras Hayden se pone a chincharme por el tema, yo me estoy
enfadando cada vez más. ¡Maldita entrometida! ¿Quién se cree que es? Según me
hago esa pregunta, ya me la estoy contestando: se cree que es Hayden, mi única
amiga durante años, y yo una de las personas en las que más confía. Vale, sí,
tiene razón… ¡pero aun así se está pasando!
-Bueno, y si lo hay, ¿cuál es el problema, eh? ¿Que entonces ya no
podría estar contigo siempre que el resto de tus amigas no pueden o qué? – una
loca idea se me cruza por la cabeza y paso de mi ira a una risa burlona -
¿Acaso estás celosa?
-¿Qué? – pregunta ella repentinamente aturdida mientras yo casi me
ahogo entre las carcajadas- ¡No! ¿Cómo se te ha ocurrido siquiera pensar eso?
¡Por favor!
-Te gusto, estás celosa de una niña de doce años – canturreo, aunque
ni yo acabo de creérmelo. En realidad, el único objetivo de esto es hacerle
pagar que se haya metido en mi vida, y bueno, también aprovechar para cambiar
de tema.
-Eso es ridículo, Cato, y lo sabes – ella se está poniendo tan
nerviosa como yo hace unos segundos, viendo cómo suelto risotadas – Cato
escúchame… Cato… - sigo sin hacerla caso - ¡Cato! – chilla furiosa - ¡Para ya!
¡Sabes que lo que acabas de decir no tiene sentido, así que haz el favor de
hacerme caso!
Poco a poco, mis carcajadas se van apagando, aunque sigo soltando un
murmullo ahogado de vez en cuando.
-Cato, no estoy celosa
-Ya, ya… - la imito
-¡Deja ya la tontería! Me parece perfecto que tengas más amigos aparte
de mí, me parece perfecto que te lleves bien con Clove, porque ella también me
cae genial y lo ha pasado mal, me parece todo maravilloso pero…
-¿Pero?
-Pero ten cuidado
-¿Por qué?
-Porque…
porque los mejores profesionales no quieren Cato. Y vosotros, Clove y tú, sois…
algo así como los perfectos profesionales: sois muy buenos con las armas y en
el combate, pero lo mejor de todo, es que no tendríais ningún reparo en iros a
los Juegos porque no echarías a nadie de menos
-Hayden, si os
echaría de menos, y estoy seguro de que Clove tamb…
-Ya Cato, pero
seguro que en cuanto empezaseis a matar os olvidaríais de todos sin problemas.
Y no queréis a nadie, ni creéis que nadie os quiera tanto como para pensar en
causar un daño irreparable en el corazón de alguien en el caso de que muráis.
¿Me entiendes?
-Creo que sí…
¿Nos estás llamando máquinas de matar?
-Eeeeehh…
Puede, ¡pero no me refiero a eso! ¡Me refiero a lo que has hecho hoy por Clove!
En cuanto has visto que estaba en peligro (y ni siquiera era un peligro real)
te has lanzado a protegerla sin pensar si quiera. Imagínate que está en los
Juegos: ¿qué harías entonces? ¿Lanzarte contra la pantalla para ver si así le
salvas? ¿Y si fuera al revés? Todo esto pasaría solo porque te importe tanto.
Ya si nos ponemos a hablar del beso…
-Espera un
momento, ¿viste cómo la besé? – pregunto, olvidándome por un momento de todo lo
demás que me ha dicho.
Asiente con la
cabeza
-¿Sabes ese
hueco entre las taquillas de los peques y las de los mayores? Es perfecto para
ver lo que pasa en la escalera, y además, pilla muy cerca de la puerta de
atrás. Pero de todas formas – se pone a sacudir el aire con las manos como para
apartar la idea – eso no es lo más importante. Lo importante es que hayas
entendido lo que te estaba diciendo. ¿Lo has entendido?
-Te he
entendido – suspira aliviada – y estás exagerando. Ha sido solo un impulso, sin
ningún significado.
-Cato…
-No, Hayden,
es verdad. Lo siento, pero te equivocas.
Ella resopla.
-Vale, pues no
me hagas caso. Al fin y al cabo, ¿qué voy a saber yo? Solo te pido una cosa
-¿El qué?
-Cato, tú ya
has decidido ignorarme y no te insistiré más en el tema, pero Clove me importa
y la conozco mejor de lo que los dos creéis. Por favor…
-¿Sí?
-No le rompas
el corazón. Ella no podría soportarlo.
Y dicho esto,
se despide y se va.
FIN DEL CAPÍTULO 4
Y bien... ¿qué tal? ¿Os ha gustado? Si lo habéis leído, veréis que la canción del principio no parece tener mucho que ver con el capítulo... Creédme, lo tendrá ;).
¡Un beso, y disfrutad del final de la semana!
Bien hahaha (risa psicopática) Pir fin después de cuatro exámenes y las insensateces de mi profesora de mates, llega el capítulo 4!!!!
ResponderEliminarme encanta cielo puedo pedirte que subas el siguiente pronto?
Jajjajaja, ¡muchas gracias!
EliminarY el siguiente... habrá que esperar a la semana que viene, lo siento (aún no tengo terminado el ocho).
Un beso!!
Pues mira, que este capitulo sigue siendo (por ahora) el que prefiero. A lo mejor es porque te costo mucho pensar como un chico un poco loco ( eso es normal no te preocupes), y que salga bien. A y tambien porque hay un mini-regreso de tiempo (se me entiende verdad?) Bueno que un beso y termina este maldito capitulo. Jajaja. Perdon, se me a ido la mano jejeje o... la cabeza... Bueno que dejalo un beso y hasta pronto monada salada (te acuerdas verdad?).Mathilde que no es una quejica !! jajaja venganza sobre el pato patoso...;)
ResponderEliminarJajaja ¡gracias! Este es el primero de mis múltiples quebraderos de cabeza sobre cómo piensa Cato xD. Y no te preocupes, que se te entiende (se llama flashback)
EliminarQuerida prima, se te van varias cosas (no te metas con el pobre cspítulo que hoy ha sufrido mucho), y como olvidarse de la monada salada!
Un besazo!
Bueno no es mi favorito ni mucho menos. Ya mañana te comentaré la razón, pero claro, teniendo en cuenta que ni me entero de quién es Hayden, de que ya no sé cual era mi favorito porque no consigo acordarme de lo que pasa en el 1, ni en el 2, el 3... Y otros muchos aspectos, pues claro, no es fácil determinar cuánto me ha gustado este capítulo.
ResponderEliminarMuchacho, ¿te dignas a comentar y me pones esto? Creo qué a partir de ahora me voy a basar únicamente en lo que me diga Marina, que es la que me quiere y me apoya xD.
EliminarSegún tú, tu capítulo favorito es el tres (triste me parece que no te acuerdes de nada de lo que has leído ;(). Y Hayden... En fin, te lo explico mañana, aunque aconsejo mirar la página de personajes.
Anda que... Como somos, querido xD.
PD: Para todo aquel que esté viendo esto y ahora piense que soy una antipática (cosa que no me extrañaría), me excuso en que yo a este chico le conozco... Y tenemos una extraña amistad amor-odio que me obliga a actuar así (al igual que a él a meterse con mis capítulos -.-)
Pues me ha gustado mucho porque me encantan Cato y Clove y ver esta parte de Cato es tan asdfghjkl que no sabría explicarlo ^^
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Andrea! La verdad, este capítulo costó mucho de escribir porque no sabía cómo hacerlo ver desde un punto de vista de Cato que resultara realista... Pero me alegro que te haya gustado ^^
Eliminar¡Un beso!
No entiendo si Cato le dira a Clove que la quiere o si la dejara en friendzone :l me encanto el capi :)
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